Aunque el gobierno cubano tiene un estricto control sobre el internet en Cuba, hay un contenido que no podrá censurar: el que está almacenado en los servidores de Google Global Caché en la isla.
Google Global Caché permite almacenar determinados contenidos de Google como Gmail y YouTube en servidores locales, en este caso del monopolio estatal de las telecomunicaciones ETECSA. El servicio comenzó a funcionar a fines de abril y el acuerdo se firmó en La Habana en diciembre del año pasado.
Pero una de sus clásulas establece que ETECSA se compromete a “no censurar, vigilar ni interferir con el contenido almacenado como caché en esos servidores”, dijo una fuente familiarizada con los esfuerzos de Google en Cuba.
Es muy posible que este contenido esté encriptado, lo que le haría aún más difícil al gobierno cubano intentar hackearlo.
Desde que el ex presidente Barack Obama anunciara el restablecimiento de las relaciones con Cuba, Google ha intentado realizar varios proyectos en la isla. El más ambicioso fue una propuesta para extender masivamente el acceso a internet pero el gobierno lo rechazó en 2015. La compañía tuvo que ajustar sus expectativas y contentarse con abrir un cibercafé en el estudio del polémico artista cubano Kcho.
Luego vino la idea de almacenar contenido de Google en territorio cubano para facilitar la velocidad y la calidad de la conexión a los populares servicios de la compañía, pero tampoco fue sencillo.
Brett Perlmutter, el ejecutivo de Google al frente de las negociaciones con Cuba, viajó en varias oportunidades a La Habana en el 2016 para negociar con el reticente gobierno cubano la aceptación de la claúsula sobre libertad de información, agregó la fuente.
Sin embargo, aunque herramientas como Google Chrome, Google Play, Google Analytics y Google Toolbar, ya están disponibles en la isla, la compañía también bloquea otros servicios como Gmail para compañías y Project Shield. Este último es una herramienta que permite proteger de ataques cibernéticos a sitios noticiosos y sobre derechos humanos.
El tema generó controversia recientemente, cuando la activista cubana Rosa María Payá descubrió a fines de julio que el sitio de Cuba Decide, una iniciativa que busca la realización de un plebiscito en la isla, estaba bloqueado en Cuba y, aparentemente, no por el gobierno de la isla sino por emplear Project Shield.
“Yo sé que el gobierno bloquea muchos sitios, pero en esa ocasión salió una página de error de Google”, comentó Payá. Una columnista del Wall Street Journal acusó entonces a la compañía de colaborar con el gobierno cubano y mostrarse “totalmente desinteresada en la lucha cubana por la libertad de expresión.”
El problema, no obstante, parece ser el embargo estadounidense.
La compañía envió un comunicado a el Nuevo Herald en el que señala que “de acuerdo con la ley de los Estados Unidos, algunos servicios no están disponibles en ciertos países, incluyendo Cuba”.
Según la vocera de Google, Andrea Faville, Project Shield utiliza la tecnología de App Engine [una plataforma para crear y almacenar aplicaciones web en la nube], que no está disponible en Cuba. “Project Shield no está disponible en países bajo embargo”, añadió.
Un estudio del Open Observatory of Network Interference (OONI) realizado entre finales de mayo e inicios de junio en la isla, encontró efectivamente que Google “estaba bloqueando el acceso a Google App Engine desde Cuba”.
“¿Quisiera saber que provisión del embargo obliga a Google a bloquear una iniciativa para promover la libertad de expresión?”, cuestionó Payá.
La respuesta está en la maraña de regulaciones que componen el embargo y que prohíben ofrecer cualquier tipo de servicios en Cuba, a menos que existan excepciones en la ley. Hay varias en el sector de las telecomunicaciones, pero en relación a internet, solo autorizan tecnología o servicios que permitan específicamente la expansión del acceso y la comunicación. Para ofrecer algunos de estos servicios las compañías necesitan autorización adicional del Departamento de Comercio.
Por ejemplo, inicialmente los cubanos podían utilizar el portal educativo Coursera, pero luego la compañía decidió bloquear a los usuarios en países sancionados como Irán, Sudán, Crimea y Cuba, tras recibir guías más específicas del gobierno de EEUU sobre cómo interpretar las sanciones.
“La nueva interpretación indicó que ciertos aspectos de la experiencia del MOOC [Cursos Gratis Online y Masivos] de Coursera se consideran ‘servicios’ y, por lo tanto, están sujetos a estrictas restricciones bajo controles a las exportación. Mientras que muchos estudiantes de países sancionados pudieron acceder previamente a Coursera, este cambio requirió que restringiéramos el acceso para cumplir con la ley de los Estados Unidos”, explica la compañía en su sitio digital.
En el caso de Google, “tenemos excepciones para ciertos servicios pero no para APP Engine”, dijo Faville sin dar más detalles.
La Administración de Obama emitió nuevas regulaciones para expandir el comercio con Cuba pero los servicios de almacenamiento en “la nube” no entraron dentro de las nuevas excepciones.
Otras compañías como IBM también han bloqueado su servicio de almacenamiento en “la nube”. Softlayer, de IBM, anuncia en su sitio digital que su servicio no funciona en los países bajo sanciones económicas y comerciales de EEUU, entre ellos, Cuba.
Por otro lado, las compañías que ofrecen servicios de almacenamiento de contenido corren más riesgos legales, lo que puede llevarlas a tomar decisiones más conservadoras o más drásticas.
De acuerdo con expertos con conocimiento sobre cómo las sanciones afectan a las compañías tecnológicas, estas no pueden controlar del todo el contenido publicado por terceros en sus plataformas, pero al mismo tiempo siguen siendo responsables ante la ley. Esto provoca que, en caso de duda, muchas opten por bloquear todo el contenido o los usuarios potencialmente problemáticos para evitar las multas del Departamento del Tesoro.
Por el momento, Project Shield, sigue fuera del alcance de los cubanos.
Fuente: www.elnuevoherald.com