La mitad de los hombres hispanos no acaba la secundaria en Estados Unidos y como consecuencia no llega a la Universidad. Para el sector de la educación son unos datos preocupantes ya que genera una brecha frente a las mujeres latinas y sobre todo frente a otros grupos de estudiantes. Según el último informe de Schott Foundation en los estados con la mayor disparidad entre latinos y blancos la diferencia es de un 21% de media en la tasa de graduación del High-School.
En Nueva York, donde el 29% de la población es hispana, los datos son similares. 573 de cada 1.000 hispanos varones terminan la secundaria. Por debajo de los asiáticos, los blancos y los de raza negra según el Departamento de Educación de Nueva York. Por eso, aquí se han puesto en marcha una serie de medidas concretas para reducir el fracaso escolar de los latinos gracias a la Young Men´s Initiative (YMI).
Algunas de estas medidas responden a un seguimiento personalizado sobre el progreso anual de los estudiantes jóvenes latinos y negros por parte de los profesores y directores. También a una serie de servicios destinados a mantener unidas a las familias de los adolescentes y ofrecer más hogares de acogida para quien lo necesite. Otra iniciativa es la de establecer la Orden Ejecutiva 150, es decir, una orden dirigida a los empleados para que los solicitantes de empleo no tengan que señalar en una primera entrevista sus condenas penales o la eliminación de obstáculos gracias al Grupo de Trabajo, Votación y Participación ciudadana. Un grupo dirigido a motivar a los jóvenes a que apoyen sus derechos con una de las herramientas más poderosas para la creación de una voz propia: el voto.
A través de estas memorias y trabajos en las escuelas la Young Men´s Initiative (YMI), impulsada por la administración del exalcalde Michael Bloomber en 2011, pretende reducir el número de suspensos y que aumente la probabilidad de que los alumnos no abandonen sus estudios.
En cuanto a la diferencia entre hombres y mujeres latinos para llegar a la universidad, “el problema no está en las tasas de graduación en sí, sino en las oportunidades académicas que recibe cada uno”, dice Deborah Santiago, investigadora de la organización Excelencia in Education. Para Santiago los hombres están menos formados para llegar a la universidad porque prefieren empezar antes a trabajar, se basan en métodos prácticos a diferencia de los que presenta la enseñanza actual y tienden a escoger menos asignaturas de preparación universitaria durante la secundaria.
Además, según los expertos el joven latino toma muchas de sus decisiones guiándose por su grupo de amigos. Lo que significa que de cara a seguir con los estudios éste suele mirar a sus compañeros para encontrar la respuesta. Precisamente que los propios alumnos sean mentores para el resto de la clase es otra de las iniciativas impulsadas en la secundaria High School of Law and Public Service. “Es muy poderoso, he asistido a varios de estos talleres y ves a los chicos apoyándose entre ellos” comenta Adriana Villaviencio, investigadora de la Universidad de Nueva York (NYU), sobre la iniciativa de esta escuela del norte de Manhattan. Y añade que “esto no se ve normalmente. Se aplauden cuando consiguen una buena calificación. Uno de ellos logró un 80% en el GPA y le congratularon. No se sienten ´too coll to do well in school´. Es muy especial verlo”.
Otro punto en el que la ciudad está trabajando es en el de los maestros. Sólo el 8,3% de los profesores en Nueva York son hombres de raza negra, latinos o asiáticos. “La mayor inversión en relación a los maestros ha sido formarles en Educación Culturalmente Relevante. Se trata de una pedagogía enfocada a retar a los profesores a que hagan relevantes sus enseñanzas para la cultura, la raza y las circunstancias de cada uno”, explica Villaviencio. El reto para esta ciudad es el de añadir a 1.000 maestros de minorías a las aulas en los próximos tres años para reducir esta brecha entre la población y el proceso educativo.
En definitiva esta iniciativa ofrece orientación y preparación a los estudiantes para entrar a las universidades, medidas para involucrar más a sus familias desde la escuela primaria y facilitar su situación personal o motivar al alumno ya que al final es quien toma la decisión de seguir o no con sus estudios.