Ya es una realidad. Muchos latinos de países centroamericanos han acelerado sus planes de migrar a los Estados Unidos. El objetivo es, sin duda, cruzar la frontera antes de que el presidente electo Donald Trump llegue a la Casa Blanca y desarrolle sus severas políticas de inmigración ya anunciadas.
De hecho, en el mitin de su “gira de agradecimiento” en Carolina del Norte de esta semana, el magnate reiteró sus promesas de campaña entre las que se encuentra tener mano dura contra la inmigración ilegal. El miedo entre algunos latinos, más que disuadirse ,no ha hecho más que empezar.
Desde El Salvador, Guatemala y Honduras, el conocido Triángulo del Norte, advierten de que en los últimos días miles de personas perteneciente a las poblaciones más empobrecidas están yendo al país estadounidense huyendo de sociedades cada vez más violentas y desiguales.
Son precisamente las maras, grupos de delincuentes creados en los países latinos por los deportados de Estados Unidos en contra de las nuevas olas migratorias, las que están impidiendo una convivencia en paz en estos países. Estas pandillas son la razón principal para que muchos decidan huir al país vecino.
“Hay un aumento en el flujo de inmigrantes, que son estimulados por los coyotes para que lleguen a Estados Unidos antes de que el señor Trump asuma el poder”, señaló a Reuters María Andrea Matamoros, vicecanciller de Honduras.
Para evitar esta solución, los cancilleres de El Salvador, Honduras, Guatemala y México se han reunido para definir una estrategia conjunta, crear una red de protección para los migrantes y hacer un frente común ante las nuevas autoridades estadounidenses con Trump a la cabeza.
La estrategia anti inmigrante de Trump tiene muchas lecturas. Para la guatemalteca activista y Nobel de la Paz Rigoreta Menchú pasa por utilizar a los ciudadanos de origen latino como “trinchera” contra los nuevos inmigrantes. “Endurecer a los hermanos latinos que ya hace rato que están en Estados Unidos para que ellos sean la trinchera para que no lleguemos nuevos inmigrantes” apunta.
Lo cierto es que hasta septiembre de este año, las autoridades de estadounidenses detuvieron a cerca de 410 mil personas en su frontera con México, casi un 25 por ciento más que en 2015 donde la gran mayoría fueron salvadoreños, guatemaltecos y hondureños. Además en los últimos cinco años el número de solicitudes de asilo creció en un 600 por cien.
Haga lo que haga y sea cual sea la estrategia de Trump por delante tiene 4 años de mandato, pocos o muchos según se mire, y recordemos que no tiene libertad absoluta para cumplir todas sus promesas.