Latinos 4 América
A pesar de los años de convivencia que existen entre la comunidad latina y la población americana, el estereotipo que definiría a esta comunidad en Estados Unidos, sería algo como “Minoría de inmigrantes mexicanos, poco cualificados, con un bajo nivel adquisitivo, dedicados al sector servicios, y con poca influencia en la sociedad estadounidense”. Sin embargo, está definición no sólo es vaga e irrespetuosa sino que, además, si hacemos un análisis social profundo, resulta ridícula.
Para comenzar, hay que tener en cuenta el carácter de minoría de la población latina. No solo es la más grande de Norteamérica sino que se prevé que, para 2020, sean el 20% de la población de EEUU. Cabe destacar que los blancos no hispanos se han convertido en la nueva minoría en las 100 mayores urbes del país.
Ni todos los latinos son mexicanos, ni todos comparten tradiciones y culturas. El hecho de que todos sean latinoamericanos, hablen español y una mayoría de ellos compartan el catolicismo como religión no los hace iguales. Es tan absurdo como decir que los españoles, los franceses y los italianos –todos europeos, muchos de ellos de confesión católica y con idiomas que derivan del latín– son lo mismo.
La diversidad regional es una característica de este grupo, aunque se haya quedado opaca bajo la categoría de hispano. Además, con la llegada de nuevos latinos de otras partes del mundo, experimentado un importante crecimiento y aumentando aún más la diversidad.
Por otro lado, el mundo social latino también es diverso en su formación, ingresos y en su situación laboral. Tradicionalmente, los inmigrantes latinos solían tener menores tasas de nivel educativo que otros inmigrantes, lo que llevaba a un mayor grado de desempleo, ingresos más bajos y significativas tasas de pobreza. Sin embargo, esta situación no es generalizable a toda la población latina y va desapareciendo esta tendencia según se van incorporando al sistema educativo sus segundas generaciones.
Los migrantes con una larga estancia en el país o los nacidos en Estado Unidos tienen una situación diferente a los recién llegados como por ejemplo los cubanos, el colectivo que ostenta la mejor posición en nivel educativo y de ingresos.
Hay que destacar el colectivo de los jóvenes ilegales, que tienen una buena formación, incluso universitaria. Este colectivo que ha sido incluso incluido en la reforma migratoria pretendida por Barcak Obama, es otro que rompe con los prejuicios sobre los hispanos.
Tampoco podemos olvidar la presencia de la élite latina que ha logrado situarse en Estados Unidos y ocupar puestos destacados en los rankings de personalidades más influyentes e importantes del país y la presencia de una pujante clase media.
El espectacular crecimiento cuantitativo y su progresiva mejora en su situación y capacidad adquisitiva, les convierte en un centro de atención prioritario para empresarios y partidos políticos, destruyendo el estereotipo sobre la población latina que algunos caracterizan como pasiva o poco influyente.
Hoy, ningún candidato demócrata o republicano puede obviar a la población latina e ignorar las preocupaciones de 25,2 millones de ciudadanos estadounidenses con derecho a voto.
En definitiva, el cambio que la comunidad latina está experimentando con el surgimiento de mayores posibilidades de cualificación y promoción social junto con el descenso de la población propiamente migrante desde 2007 y en el crecimiento del número personas ya instalada en Estados Unidos, está llevando al país a una renovación del modelo de sociedad que hará aun más rico y complejo el tejido socio-demográfico, económico y político de una nación de inmigrantes.
