Latinos 4 América
El controvertido Donald Trump, conocido como una figura anti-establishment en el panorama político norteamericano, fue finalmente investido presidente de los EE UU el pasado viernes 20 en un acto oficial que tuvo lugar en Washington DC. Se trata del presidente más anciano en ser elegido por primera vez al cargo, del más rico, y del primero que lo alcanza sin previa experiencia en cargos públicos o en el Ejército.
No se trata, sin embargo, de un presidente exento de polémicas y escándalos. Tanto antes de lanzar su campaña electoral como durante la misma, tantas situaciones controvertidas le han salpicado que a algunos les podría resultar increíble su victoria. A su nombre o al de su compañía se han vinculado casos de escándalos sexuales, contrataciones irregulares y presuntas estafas. Además, su victoria en las elecciones ha sido calificado por varios como “ilegítima” por dos motivos. Primero, que a pesar de haber superado a Clinton en votos del Electoral College, Trump perdió en voto popular, con un amplio margen de casi tres millones de votos. Ya sabemos que el sistema electoral norteamericano es complejo. El segundo motivo es la posible intervención rusa en los resultados de las elecciones norteamericanas. Por muy especulativo que suene, tal intervención podría llevar siendo investigada por la Inteligencia norteamericana desde primavera del año pasado.
Manifestaciones alrededor de todo el mundo
Por todas estas polémicas, la ceremonia de toma de posesión del ya presidente Trump no pudo librarse de polémicas. La Women’s March on Washington, que tuvo lugar el día 21, y a la que se estima que acudieron más de 500.000 personas, fue solo una de las varias que atestaron la capital norteamericana. El número de manifestantes hizo palidecer a la masa de 60.000 personas que protestó contra la guerra de Vietnam cuando Richard Nixon fue investido por segunda vez en 1973. Se trató, huelga decir, de una protesta pacífica.
Simultáneamente, protestas “hermanas” tuvieron lugar alrededor de Estados Unidos y del mundo entero, alcanzando cifras de en torno a 400.000 manifestantes en Nueva York, 250.000 en Chicago, y 100.000 tanto en Los Angeles como en Boston. Fuera de Estados Unidos, marchas más pequeñas tuvieron lugar en el Reino Unido (con 100.000 personas congregándose en Londres), Australia, Alemania, Francia y Suiza, entre otros. En total, se estima que el número de protestas contra la investidura de Donald Trump alrededor del mundo asciende a más de 650, extendiéndose a más de 75 países.
La Women’s March on Washington, que centraba su crítica a Trump en acusaciones de misoginia, estuvo acompañada de varias protestas simultáneas, como Inaugurate the Resistance, Occupy Inauguration o Millenial’s March, todas con inferiores cifras de asistencia. También tuvieron lugar revueltas violentas tanto la noche previa a la ceremonia como en el mismo día. A pesar de su intensidad, ambas fueron minoritarias en comparación con las manifestaciones pacíficas. Seis agentes de policía fueron heridos de forma leve, y al menos 217 manifestantes fueron detenidos en estas revueltas.
Las manifestaciones contra Trump fueron criticadas por varios motivos, pero el más extendido fue una ausencia de causa tangible para las protestas, más allá de la mera oposición a Trump. Se les ha acusado de protestar contra la legitimidad democrática norteamericana. El mismo Trump, en Twitter, publicó dos opiniones sobre las manifestaciones. Primero, una en esta línea que las acusa de ser minoritarias:
Y, más adelante, otra reconociendo el derecho a la libertad de expresión:
Sin duda, la controversia ha perseguido al presidente Trump desde la campaña hasta los primeros días de su mandato. Será cuestión de tiempo ver cómo se desarrollan sus cuatro años de presidencia.
